La segunda jornada de rock and roll en "Bailando por un Sueño" tuvo intentos de escándalos que no llegaron a buen puerto, una nueva participación de Eunice Castro y un nuevo capítulo de la novela de Serafín Zubiri.
Jésica Cirio paseó sus infartantes curvas por la pista de baile, recibiendo algunos elogios por su desempeño y muchos más por sus posaderas "de quirófano", según Moria Casán. Lograron 29 puntos, informa minutouno.
Nuestras Eunice Castro no logró el puntaje de otras oportunidades. Su compañero fue acusado de hacer demasiado acting y terminaron cosechando 23 puntos.
También se paseó por la pista "Pampita" Ardohain. Después de un moderado desempeño en la salsa, se tomó revancha y se llevó 27 puntos. Sofía Zámolo no convenció al jurado y se fue con 22 puntos.
La presencia de Adriana Aguirre fue un nuevo bochorno con y sin música. Al entrar a la pista dijo que el sexo con su marido era insuficiente y que buscaba en otros hombres lo que le faltaba en casa. La reacción de su esposo fue tan ridícula como prefabricada, y el tema no pasó a mayores.
A la hora del baile, las cosas no le salieron como esperaba y fue criticada duramente por el jurado. "Fue un desastre el baile, estabas dudosa, nerviosa, dura, fuera de tiempo", dijo Carmen Barbieri. Tuvo el puntaje más bajo del rock: 16 puntos.
Quien sí prendió fuego a la pista fue Jorge Ibáñez, con un jopo gigante y mucho ritmo. 28 puntos fueron el premio a su destacada performance.
El momento más esperado por amantes y detractores de ShowMatch fue la nueva participación de Serafín Zubiri, el bailarín no vidente que saliera subcampeón en una competencia similar en España.
Su actuación le mereció el puntaje máximo (sin contar el voto secreto de Lafauci). Habrá quienes digan que Serafín venció sus limitaciones y logró bailar el rock and roll, mientras que otros seguirán criticando sus movimientos limitados, que no merecerían esa nota en igualdad de condiciones.
Cerró la noche Millie Stegman con 26 puntos.
Mónica Farro no bailó pero también se hizo sentir. Fue entrevistada en el programa de Chiche Gelblung, donde confesó que no está separada del todo. "Vino hasta acá a visitarme desde Uruguay y me dijo que no me aguantaba más y me dejó". Y agregó que entre ellos "hay mucho amor" y "ya va a volver", cuenta 26noticias.
El periodista le preguntó cómo satisfacía sus deseos sexuales. Ella contó el secreto. "En Buenos Aires tengo un consolador grande, de siliconas, y además uno chico, con pilas". Es porque ella necesita "hacer el amor todos los días para estar bien".
Siempre le gustaron los juguetes sexuales, y su marido usaba uno de "doble penetración" ya que le daba "mayor placer". Con respecto al tamaño, dijo que para ella "importa mucho, si el hombre que quiere estar conmigo la tuviera chiquita no podría enamorarme".
"Tiene que tener ocho centímetros de diámetro y veinte de largo", explicó. "Si tienen menos de dieciséis no, porque no me daría placer".
viernes, 2 de mayo de 2008
Nueva jornada de Rock en bailando
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